POEMAS PARA LA MUJER Escritora Arjona Delia
Escritora Arjona Delia

26 de noviembre de 2008

Soy un Hada - Poemas para chicos



mujer+poema de amor
SOY UN HADA
(Arjona Delia)

Te invito a volar conmigo
a un mundo de imaginación,
con el cielo de testigo
y entre nubes de algodón.

Yo me puse un disfraz de hada,
para que se cumplan mis sueños,
con la varita dorada
vuelo a un mundo de ensueños.

El color de mi sombrero
es de color de esperanza,
la paz en el mundo quiero
¡con solo eso ya me alcanza!

Con la varita de ilusión,
con reflejos de zafiros,
las penas del corazón
¡las borraré en un suspiro!

Le pondré un papel de seda
a la luz de la mañana,
que juega con la arboleda
y que entra por mi ventana.

Tendré jazmines y rosas
todo el jardín con las flores,
pondré grillos, mariposas,
vestidos con mil colores.


El trino de los zorzales,
las golondrinas en vuelo,
con diamantes y cristales
¡formarán coro en el cielo!

La imaginación me brinda
el brillo de tu mirada,
¡sin tener alas vuelo alto!
¡Pues soy un hada encantada!

Escucha, murmura el viento,
y ya no se escucha nada.
Porque aquí termina el cuento
¡de esta fantasiosa hada!





Poema publicado en el libro "Retrato de mujer"
Todos los derechos reservados.
Copyright ©23/11/2008 by Arjona Delia


Amor

Poema de Amor

Estoy entre tus brazos y un silencio en puntillas
se esconden tras la sombras que dan a la ventana,
un corazón que late y unos ojos que brillan
se entregan en el alba que arrastra la mañana.

Y tu pecho se enciende y un pequeño murmullo
se escapa de tus labios como una mariposa.
Y es el agua del río que nos trae el arrullo
de un amor que se aroma con jazmines y rosas.

Ven aquí, necesito que me des el lucero
y esa estrella que llega desde tiempos lejanos,
y el volar de las aves y el temblor de un te quiero,
que han quedado en tu sangre y dormido en mis manos.

Porque entiende que el trino de un pajaro en la rama
salpica de esperanza la soledad del nido
y te arrima los sueños del hombre que te ama
para borrar la ausencia del mundo del olvido.

¡Qué pequeño el lugar en que vivías!
Si hasta el jardín era una sola rosa.
El aire te acunaba, si dormías,
en las dos alas de una mariposa.

¡Qué cielo azul el que tenían tus ojos!
La quietud del verano se escuchaba.
Y en tus labios un beso, tibio y rojo,
lleno de amor y paz te despertaba.

Y aquel zorzal de trino rumoroso
con el silvido largo del encuentro
me dijo en su gorjeo melodioso:
¡es un silencio con un pueblo adentro!

Y tú desparramabas la hermosura
y el sol junto a tus manos sonreía.
Y era tu miel un salmo a la dulzura.
¡Qué pequeño el lugar en que vivías!






Autor: León Romero



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