POEMAS PARA LA MUJER: Poemas Cristianos Escritora Arjona Delia
Escritora Arjona Delia
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6 de abril de 2009

La asombrosa vida de Jesús (parte1)



jesus+cristo

Nacimiento de Jesús

Caminando por las calles de Jerusalén
se hallaba el carpintero José.
Deambulando en tierra Palestina
se hallaba una virgen de nombre María.
Y así los dos se encontraron un día.
Y porque entre ambos mucho amor había
se prometieron que casarse debían.
María era buena y hacendosa
y deseaba algun día ser su esposa.
José, carpintero y buen trabajador
a ella le tenía genuino amor.
Pero un día el ángel mensajero de Dios
a la muchacha se le apareció.
El bello arcángel de nombre Gabriel
se apareció a esta virgen de Israel.
El mensajero Gabriel le dijo:
"No temas, tendrás un hijo,
porque tú eres bendita y santa
y en ti ha entrado espíritu Santo.
Bendito sea el fruto de tu vientre.
Hijo de Dios le llamarán por siempre.
La muchacha ejerció mucha fe
y se lo comunicó a su esposo, José.

Ahora bien, llegó el momento
en que el rey emitió un duro decreto,
y a Belén tendrían que viajar
para arreglar su situación legal.
Á lomo de mula, José y María
viajaron despacito noche y día.
Viajaron despacito mañana y tarde
y María estaba por ser madre.
Esa noche fue algo especial
porque una muchedumbre angelical
a unos pastores del campo apareció
glorificando y bendiciendo a su Dios,
prometiendo que nacería el Salvador,
el Mesías, Jesús, Nuestro Señor.
Pero este Príncipe no iba a tener
ni siquiera un lugar donde nacer,
y en un establo María dio a luz,
y en un pesebre pusieron al niño, Jesús.



Copyright 2006-2007. 24-12-2007
©Derechos de autor reservados por Rubén Sada.

5 de abril de 2009

Jesus iluminado



Jesús Iluminado

Ayer yo vi a Jesús estaba iluminado,
y por donde pasaba su amor iba dejando.
Era un Jesús distinto al que todos llevamos
él era el verdadero, nuestro Jesús amado.

Muy lleno de misterio yo quise ir a tocarlo,
pero se me escapaba...no podía alcanzarlo.
Le dije dame tiempo, quiero ver tus milagros,
me contesto sonriendo, aprende a valorarlos.

Milagro ya es la vida, los ríos y los campo,
aquella noche fría, la flor que ayer cortamos.
Milagro es la que me pienses, jamás te has acordado,
estaba un poco triste Jesús iluminado.

No creas que estás solo, siempre estoy a tu lado,
si bien sufriste mucho nunca te he abandonado.
Porque "Yo soy el camino" por eso yo te he amado,
mas sufro si tú sufres y danzo con tu canto.

Y cuando a las cansadas tú me suplicas algo,
invocando mi nombre dirígete te clamo.
A Dios que es nuestro Padre todo puede arreglarlo,
si tú le tienes fe... seguro va a escucharnos.

Yo...yo me quedé impactada de ver como me ha hablado,
pero guardé el secreto no quise comentarlo.
Sentí vergüenza ajena, me dijo algo sensato,
por ver mi sufrimiento no valore a mi hermano.

Hoy quiero agradecerte a ti Jesús amado,
que estemos todos juntos y tú no hayas faltado.
Viniste como obrero entre otros mezclados,
pero te descubrimos ·Estás iluminado".






Copyright © Septiembre 2007 by Elba R. García


14 de marzo de 2009

Huellas en la arena


huellas en la arena


Huellas en la Arena

Una noche en sueños vi
que con Jesús caminaba
junto a la orilla del mar
bajo una luna plateada.

Soñé que veía en los cielos
mi vida representada
en una serie de escenas
que en silencio contemplaba.
Dos pares de firmes huellas
en la arena iban quedando
mientras con Jesús andaba,
como amigos, conversando.

Miraba atento esas huellas
reflejadas en el cielo,
pero algo extraño observé,
y sentí gran desconsuelo.
Observé que algunas veces,
al reparar en las huellas,
en vez de ver los dos pares
veía sólo un par de ellas.

Y observaba también yo
que aquel solo par de huellas
se advertía mayormente
en mis noches sin estrellas,
En las horas de mi vida
llenas de angustia y tristeza
cuando el alma necesita
más consuelo y fortaleza.

Pregunté triste a Jesús:
"Señor, ¿Tú no has prometido
que en mis horas de aflicción
siempre andarías conmigo?
Pero noto con tristeza
que en medio de mis querellas,
cuando más siento el sufrir,
veo un sólo par de huellas.

¿Dónde están las otras dos
que indican Tu compañía
cuando la tormenta azota
sin piedad la vida mía?

Y Jesús me contestó
con ternura y compasión:

"Escucha bien, hijo mío,
comprendo tu confusión.
Siempre te amé y te amaré,
y en tus horas de dolor
siempre a tu lado estaré
para mostrarte Mi Amor.

Mas si ves sólo dos huellas
en la arena al caminar,
y no ves las otras dos
que se debieran notar,
es que en tu hora afligida,
cuando flaquean tus pasos,
no hay huellas de tus pisadas
porque te llevo en Mis brazos".





Autor: Desconocido

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