POEMAS PARA LA MUJER Escritora Arjona Delia
Escritora Arjona Delia

30 de noviembre de 2009

Poema a la Maestra



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Mi maestra

Tan buena como mi vieja
y como ella nerviosa,
de las que agrandan las cosas
y que por nada se quejan;

Tenia entre ceja y ceja
esa cuestión del aseo
y en lo mejor del recreo
revisaba las orejas.

Decía que un pajarito
al oído le nombraba
los niños que conversaban
cuando salía un ratito;

Y si un grandote de quinto
armaba la tremolina,
parecía una gallina
cuando tiene los pollitos.

Nos tomaba la lección
siguiendo el orden de lista
y obligaba con la vista
a seguir con atención;

Yo era medio remolón
porque andaba por la “G”
y cien veces me chasquié
al preguntar de a traición.

Se pasaba todo el día
prometiendo malas notas
y que en vez de la pelota
estudiaran geometría

Era mujer...¡que sabia
de un golazo de boleo...!
por eso es que en el recreo
los muchachos se reían....

Pero un vez se enfermo
y mandaron la suplente
que enseñaba diferente
y hasta un día de “usted” nos trató;

Y nosotros ...¡que se yo!...
seria mejor maestra
pero fieles a la nuestra
declaramos el boy-cott.

Y cuando vino al grado
después de la enfermedad
nos pusimos a gritar
que casi la desmayamos
y cuando vio tantas manos
que la querían tocar
de floja se echo a llorar
y nosotros la imitamos.

Ah! Pobre maestra mía!
¡como estarás de vieja!...
revisame las orejas
soy un chico todavía.

No sabes con que alegría
quisiera volverte a ver:
no me vas a conocer
pero entonces te diría:

Yo ocupaba el tercer banco
al lado de la ventana
el que abría las persianas
cuando el sol no daba tanto

El que se ahogaba de llanto
el día que te dejo
y que nunca te olvido
y es por eso que te canto

Vos sos la dulce canción
de la edad que ya se fue
hoy he venido otra vez
para darte la lección:

Preguntame de a traición
maestra del cuarto grado
que cuanto me has enseñado
lo llevo en el corazón....



 


Autor: Hector Gagliardi

Poema Despedida de Clases


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Despedida de Clases

Las clases han terminado
y esta de fiesta el colegio;
el patio ha quedado regio
con banderas adornado...

Los chicos representaron
delante de las familias...
y salió a la maravilla
lo que habían preparado.

Después hablo el director
despidiendo a “los de sexto
se refirió a mi maestro
y este cambio de color...

Se puso como la flor
que en la solapa lucia...
ese clavel, -yo sabia-,
se lo trajo el monitor.

Mas tarde, nerviosamente
me entregaron la libreta
donde con letra coqueta
se leía:"Suficiente"

Se la lleve alegremente
a mi madre, que reía,
y al besarme me decía:
-Pórtese como la gente..

Me fui al grado a buscar
los libros en mi pupitre
y vi el pizarrón tan triste
que yo lo quise alegrar.

Y al ponerme a dibujar
la nariz del director,
me vino como un temblor...
¡y la tuve que borrar!

Recién había pensado
que para siempre me iba
y a mi banco lo veía
por otro chico ocupado.

¡Como quedaba callado
el patio sin los purretes!
Silbe para hacerme el fuerte,
mas fue un silbido apagado...

Al hallarme a la salida
con la maestra de cuarto...
no pude aguantar el llanto
porque fue mi preferida

Y al decirme, conmovida:
-no llores por esta vieja...-
me apoye contra la reja:
yo creí que me caía...

Ya ves que no te olvide,
escuelita de mi barrio:
recuerdo tu abecedario
y el guardapolvos que use...

Y si un mañana, tal vez,
la vida me hace papá...
¡mi pebete ira a ocupar
el banco que yo dejé!...





Autor: Hector Gagliardi

27 de noviembre de 2009

Poema a los Chicos de la calle



Niño de la calle

Niño de la calle ojitos de hambre,
de calzado ausente pulmones de hollín,
camisa de cuero cinto de piolín,
sin días, sin noches deambulante eterno,

Niño de la calle de carita sucia
pelos enredados de manos abiertas,
por una moneda y tachos revueltos,
en su techo estrellas y hogar de silencios,

Niño de la calle pequeño por fuera
y hombre por dentro, como desayuno,
un pucho encendido calienta su aliento
o apretada bolsa que aspira muriendo,

Niño de la calle tan discriminado,
que pena que siento, gorrión desplumado,
lagrimales secos y futuro incierto,
de piel erizada y sueño… sin sueños,

Niño de la calle nacido del viento,
ropita de carne, padres golpeadores,
faltos de trabajo de pobreza enfermos,
presos por robar o quizás han muerto,

Niño de la calle… evitan mirarlo,
solo indiferencia recibe de aliento,
lo observan por fuera sin verlo por dentro,
no ven su dolor que sigue creciendo,

Niño de la calle cada vez más solo
lo engulle el cemento, mortaja viviente
que sigue creciendo y se multiplica,
¡aún está con vida! y late su cuerpo,

Niño de la calle quisiera ayudarte
pero en mi delirio no se cómo hacerlo,
es como una daga clavada en mí pecho,
te veo tan solo tan triste y enfermo,

Niño de la calle… que pena que siento,
saberte abusado por unas monedas,
pidiendo limosna para un alimento,
Te han abandonado, ¡que triste me siento!-



Autor: Norberto Ángel de Líbano Elorrieta

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