Entendiendo la Amistad
No me importa entender nuestra amistad
como un leopardo o como una gacela,
el primero espera oportunidad,
la segunda no corre sino vuela.
Y aunque yo te quiera desear
que tu vida sea siempre primavera,
el invierno también ha de llegar
y el otoño aunque a veces no lo quieras.
Si te digo que siempre aquí voy a estar
esperando una vida entera,
yo jamás dejaré de soñar,
soñaré hasta el día que me muera.
Y si yo me tengo que marchar,
solo será, porque el destino quiera
porque esa no es mi voluntad
y hacer llorar a nadie yo quisiera.
Yo no huyo me quiero aquí quedar
con la lluvia, tempestades y tormentas,
he aprendido en años a capear,
el dolor que a veces nos entierra.
En la vida a veces es mejor
un amigo que un amor en la distancia,
el primero regala su calor,
el segundo trae dolor con su ignorancia.
Y por eso te digo amiga mía,
que te rías, te rías y te rías,
ya habrá tiempo de sufrir y de llorar
cuando se acabe tu ilusión y tu alegría.
mientras tanto vivamos de amistad,
alimento que nos llega cada día,
de esta forma puedes encontrar
que las paredes de tu casa no son frías,
Y si deseas libremente escapar
sin despedirte porque te duelen los adioses,
esperaré que quieras regresar
como esperan los oídos a las voces.
Como la orilla a la ola de ese mar,
como la noche también espera al día,
como un alma soñando en soledad
por ver llegar una lejana compañía,
yo por ello creo en la libertad
de escoger solo aquello que decidas
y por siempre te voy a respetar
aunque la sal escueza en las heridas.
Autor: Juan Antonio Valero
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