Ama De Casa
Ese hermoso remanso de la vida
que es sentarse a la mesa que preparas;
no se puede describir en dos palabras
si no lleva en gèrmen la sonrisa...
Es acaso, un soplo que en la brisa
se comulga gentìl en alabanzas;
por la gracias de Dios, sos de la casa
ese mimo constante que reanima.
Sin tus manos, sin tu hacer, serìa la vida
un transcurso nomàs de cosas bravas;
y es que tù, sintetisas la esperanza
de esas risas, por tus guisos reunidas.
Por el grato sabor de tus comidas,
vicerales coletazos nos azotan;
y el cumpleaños no existe si tus tortas
no se cortan y nos endulzan cual caricias.
Allì, tu reino tu mesa y tu cocina,
entrega tu sapiencia no igualada;
hacès mucho de un poco casi nada,
y al ver que alcansa te abarca la sonrisa.
Ama de casa, Dios, mismo lo sabìa
que a la familia le eras necesaria;
y te dotò con esa inmensa màgia...
para nùcleo total de nuestros dìas.
Autor: Emilio Pablo
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