Ámame
Te pido que me ames solo si te apetece,
hazlo como el amante que se vació de amor,
hazlo como los ángeles, ama como amo yo,
como aman los árboles cada día cuando crecen.
Ama con luz de luna, ama con luz de sol,
como aquel que transmuta su energía por pasión,
sin reservas, sin miedos, con todo el corazón,
con magia y con misterio mostrando tu ilusión.
Ama con profundidad insondable,
pero si me amas, ama sin condiciones,
con la alegría del cielo y el viento de tifones,
con el fuego encendido de tu alma adorable.
Ama con esa fuerza suprema y silenciosa,
con tu suave caricia y calma luminosa,
si no lo haces así, yo pensaré otra cosa
y la luz de tu unión se vuelve perezosa.
Ámame como nunca, tú jamás has amado,
con los dedos sin punta a mi cuerpo entregado,
sacándome emociones del recuerdo olvidado
y sutiles miradas de quien se ha enamorado.
Ámame y no preguntes, entrégate a este fuego,
con el ritmo del viento de aquel salvaje sueño,
con la armonía y la paz suprema de tu reino,
como caudal bravío de río que va gimiendo.
Ámame, amor mío, con tu lengua sedienta
y ardiente carne en vivo,
con garganta emergente aplacando los sueños,
con susurros y besos, sin reservas avientas.
Ámame te lo pido, lléname de tus labios,
consigue de mi cuerpo el placer escurridizo,
de cósmica luz y de fresco rocío,
prisionera en tu alma y en tus ojos de hechizo.
Autor: Juan Antonio Valero