La que me regala su amor y su afecto,
sabrá construir un hogar de besos,
humilde, sencilla, yo no soy perfecto,
no es necesario morir por mis huesos.
Quizás con virtudes, quizás con defectos,
no es necesario un hermoso cuerpo,
eso se marchita siempre con el tiempo,
no es imprescindible que sea del momento.
Ni una princesa salida de un cuento,
yo me conformo con una mujer,
que me dé sus manos y me dé su aliento,
y sepa sonreír cuando la protesto.
Sepa compartir, palabras, silencios,
sonrisas, ternura, pasión y deseo,
sabiendo que dos forman complemento
y pueda expresarla todo lo que siento.
Efluvios de luz de mis sentimientos,
orillas de mar donde me la encuentro,
sirena que estás rondando en mis sueños.
Autor: Juan Antonio Valero
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