Amarras
Evidentemente su amor es joya
pues llegò a mi vida como anillo al dedo;
un dulce regalo, cual si de los cielos,
dijese, de ella, has de ser la sombra.
Que rìe conmigo cuando nos corona
la alegrìa dulce de las travesuras;
que cuando me mira con esa ternura
es el alma mìa quien la sabe a gloria.
Que entrò en mi mundo que era noche oscura,
para ser la lumbre cual de una alborada,
que bañò mis campos de mil esperanzas...
Yo, quisiera de ella, ser ese sosiego
adonde su barca deposite el ancla,
y confìe en las amarras de un simple: ¡Te Quiero!
Autor: Emilio Pablo
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