POEMAS PARA LA MUJER: LA SENSILLEZ DE LA VIDA Escritora Arjona Delia
Escritora Arjona Delia

8 de octubre de 2023

LA SENSILLEZ DE LA VIDA

Siempre recuerdo mi vida, mi casa y mi infancia. 
Como éramos muy pobres teníamos un criadero de animales y plantábamos nuestras propias  verduras para asegurarnos de que siempre hubiera comida en la mesa. 
Mis padres hicieron un gran sacrificio al criarnos con las herramientas que tenían en ese momento.
Trataron de mantener a la familia unida y feliz.
Mi viejo tocaba la guitarra y le gustaba escuchar música fuerte, chamamés, y se ponía a bailar y zapatear, porque era correntino.
Mi madre una morocha entrerriana, que amasaba el pan todas las mañanas y nos preparaba el desayuno ante de ir a la escuela.
Este es un homenaje a mis raíces, los valores familiares y la sencillez de la vida de antes.

LA SENSILLEZ DE LA VIDA
(Arjona Delia)

En la casa de mi infancia
teníamos un criadero,
para salvar el puchero,
gallinas en abundancia.
No existía la vagancia,
criábamos conejos, patos,
tres perros y un par de gatos.
Aunque no tengo a mis viejos,
hoy recuerdo sus consejos,
¡y tantos momentos gratos!

Siguiendo con mi relato,
un cerdo nosotros criamos,
y Don Pancho lo llamamos,
dotado de un gran olfato.
Un día tome un retrato,
que conservo aún en día,
un gran tamaño tenía.
Si la comida faltaba,
cuando el hambre se asomaba, 
del chancho me despedía.

Para que coma Don Pancho,
una gran quinta formamos,
mucha fruta juntábamos,
en el fondo de mi rancho.
Espantando algún carancho,
todo pájaro que entraba,
toda planta se cuidaba.
Más lejos un bananero,
que maduraba en enero,
la verdura no faltaba.

Mi viejo con su guitarra,
sus labores terminaban ,
los acordes ya sonaban,
sentado bajo la parra.
Y ya empezaba la farra,
sonaba la diversión,
y vestido en la ocasión,
correntino bien campero,
tenía rastra y sombrero
¡gaucho fiel de corazón!

Mi madre era una entrerriana,
bien morocha, muy bonita,
cocinaba tortas fritas,
para toda la semana.
Amasaba de mañana,
pan y fideo casero.
Como faltaba el dinero,
con la leña hacía fuego,
su sacrificio no niego,
¡eso era amor verdadero!

Antes de irnos a la escuela,
Nos hacía el desayuno,
que no le falte a ninguno
arroz con leche y canela.
Mi madre, también mi abuela,
que me cuido en su vejez,
puro amor y sencillez.
Nunca olvido mis raíces,
muchos momentos felices,
¡los tiempos de mi niñez!





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Copyright ©13/10/2023 by Arjona Delia
Publicado en el libro  de Arjona Delia

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