Triste vida del mendigo, que camina sin abrigo, en la niebla matinal. La mirada tan perdida,
siempre ensaya despedidas, solo piensa en su final.
EL MENDIGO
(Arjona Delia)
Triste vida del mendigo,
que camina sin abrigo,
en la niebla matinal.
La mirada tan perdida,
siempre ensaya despedidas,
solo piensa en su final.
Sus mejillas agrietadas
y su piel tan arrugada,
encorvado al caminar.
Entrelaza sufrimientos,
escondiendo sus lamentos,
¡y sin ganas de soñar!
Que el recuerdo del invierno,
traiga abrigo sempiterno
de un refugio protector.
Que las manos encendidas
abroquelen nuestras vidas
¡con la manta del amor!
Congelado todo sueño,
va frunciendo fuerte el ceño,
caminando sin pensar.
Carcelero de miserias,
sin calzados y sin medias,
y sin alas al volar.
¡Yo no quiero más inviernos
convertidos en infiernos
para nadie en su vivir!
Que se acorten las distancias,
de pobreza y abundancia,
que no tengan que sufrir.
Que el recuerdo del invierno,
traiga abrigo sempiterno
de un refugio protector.
Que las manos encendidas
abroquelen nuestras vidas
¡con la manta del amor!
Todos los derechos reservados.
Copyright © 11/08/2025 by Arjona Delia
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