Las mascotas no solo son nuestra compañía, si no que pueden llegar a hacer que conozcamos al amor de nuestras vidas. Un cuento sobre una mujer y un hombre que se encuentran paseando a sus perros.
Vanina era una mujer morena de cabello largo, muy sensual, dulce y delicada, de alrededor de cuarenta años de edad. Se encontraba un poco deprimida porque recientemente se había separado de su esposo, con el que había estado casada por diez años. A pesar de que no habían tenido hijos, ella atribuía el fracaso de su matrimonio a su dedicación excesiva al trabajo. Ahora estaba sola y buscando formas de llenar el vacío que sentía. Su amiga Gabriela le sugirió que adoptara un perro o un gato, lo que llevó a Vanina a adoptar a Terry, un cachorro de dos meses de raza Labrador Retriever de color negro. Al parecer, Vanina y Terry se parecían, ya que ambos tenían el cabello negro.
Después de trabajar, Vanina se preparaba un café con leche y comía algo con Terry antes de salir a pasear. Iban a un parque cercano, lleno de árboles y flores, donde se sentían libres. Terry disfrutaba corriendo junto a otros perros mientras Vanina se sentaba en un banco, cerraba los ojos y disfrutaba del sol y los sonidos del parque.
Un día, Vanina vio a un hombre alto, de alrededor de 1,80 de estatura, con cabello canoso, alrededor de 50 años, ojos verdes, caminando con seguridad.
Vanina se quedó impresionada por aquel hombre, pero no se atrevió a acercarse. Sin embargo, Terry, su perro, no tenía ningún problema en hacer nuevos amigos. Se acercó corriendo hacia el hombre, moviendo su cola con entusiasmo. El hombre se agachó para acariciarlo, viendo que tenían la misma raza de perro, pero de diferente color. El suyo era color café y del de ella negro.
Y Vanina se acercó tímidamente.
Hola - dijo el hombre sonriendo.
Hola - respondió Vanina, sintiendo un nudo en el estómago.
Es un lindo perro - dijo el hombre.
Sí, lo adopté hace poco - respondió Vanina.
Y así comenzaron a hablar. Se presentaron, ella le contó un poco sobre su vida y él le contó que venía a pasear a su perro, un Golden Retriever llamado Rocky, color café, todas las tardes a esa misma hora.
Desde ese día, Vanina y el hombre se encontraron varias veces más en el parque y cada vez se sentían más cómodos hablando el uno con el otro. A medida que se conocían mejor, descubrían que tenían muchas cosas en común y comenzaron a disfrutar de su compañía cada vez más.
Un día, el hombre le invitó a tomar un café después del paseo y ella aceptó. Descubrieron que ambos disfrutaban de la música y que les gustaba leer libros de aventuras.
Y así, comenzaron a hacer planes para ir juntos a un recital y a ir visitar una exposición de arte.
Con el tiempo, Vanina y el hombre se enamoraron y comenzaron una nueva vida juntos, siempre acompañados de sus fieles perros, Terry y Rocky. Juntos disfrutaban de la naturaleza, de la música, del arte y de la compañía el uno del otro.
Vanina descubrió que, gracias a su perro Terry encontró el amor de su vida.
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