Dicen que para poder descansar
hay que pensar en el azul mar,
sentir el silencio de la bruma
las olas y la serena espuma.
Entonces me puse a meditar,
pensando… sintiendo… sin hablar,
me detuve a sentir, recrear,
el silencio que nos brinda el mar.
Percibí el poder del más allá,
aprendí lo inmenso que es el mar.
Y pude descubrir que al final,
¡no existe el silencio total!
Entonces recuerdo caminar
en la arena fría y mojada,
el sonido que me escoltaba
era el eco de algunas pisadas.
Y si me pongo a enumerar:
las aves…su canto matinal,
olas que murmuran al pasar
y parecen un coro angelical.
Si cierro los ojos, siento el viento
vocalizando raudo en mis oídos,
las crestas que llegan a la orilla
esparcen gotitas de rocío.
Las escucho en silencio murmurar,
descubro el recado de la brisa,
la bruma de pronto me humedece
y a mi piel la espuma acaricia.
La multitud transita sin hablar,
forjan ecos, de huellas al pasar,
sonidos que me invitan a pensar
¡los silencios no existen en el mar!
Poema publicado en el libro "Entre plumas y pinceles"
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Copyright ©03/01/2014 by Arjona Delia
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