El Emigrante
Y estaba el bajo fondo marcado en cada carta,
y estaba la esperanza detrás de aquel telón.
las aguas del riachuelo, el ocre de sus barcas
y aquel quejido a bronca de un ronco bandoneón.
Y estaba la memoria de los pañuelos blancos
tendidos al ocaso de un buque que partió,
llevando en esperanzas palomas, y aquel canto
que luego sería tango llorando en un rincón.
Y estaban los recuerdos, la bronca, la amargura,
los hijos que dejaron, la fuerza del amor,
latiendo en cada pecho, raudales de ternura
y un pueblo en la espesura, y el duelo del adiós.
Clavadas, como dagas, las cosas que dejaban
por un cacho de tierra, por un cacho de pan,
la guerra ya perdida, los miedos que clamaban,
la voluntad de un hombre que no quiere llorar.
Y una Nación que abre los brazos sin barreras,
cobijo de quien sabe precisa de un hogar,
abriendo las fronteras a todas las banderas,
al grito tan sagrado de unión y libertad.
Así es la Argentina, así es mi amada Patria,
abierta a toda raza por lazos del amor.
las manos apretadas; las negras y las blancas,
en una sola alma y un sólo corazón.
-Todos los derechos reservados.-
Autor: José de Arias Martínez ( "PePe Arias" )
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