Es día 3. Quizás para otras personas esa fecha no signifique nada, pero para nosotros sí, ¿verdad, mi amor?...
Nos recuerda ese día maravilloso, inolvidable, en que cada uno de nosotros decidió no estar más solo, que decidió compartir su vida con la persona que más quería, que decidió formar una pareja… una pareja unida, la cual se propuso hacer crecer su amor día tras día, hacerlo madurar plenamente mes tras mes, y hacerlo firme año tras año.
Sí, amor, hoy cumplimos tres meses de felicidad, de amor, de comprensión. Y aunque en estos momentos no estemos juntos para decirnos miles de cosas relacionadas con nosotros, con nuestro amor, muy pronto lo estaremos… y para siempre.
Pero a pesar de la distancia, de los pocos kilómetros que nos separan, te tengo a mi lado, te llevo en mis pensamientos constantemente y sé que tú también me tienes allí, en algún rinconcito. Sólo espero que estés bien y que me recuerdes, pero que al hacerlo no te pongas triste, sino que pienses en todos los momentos hermosos que vivimos juntos… Sí, no sabes cuánto agradezco el haberte tenido a mi lado, ya que esto me ayudó a soportar nuestra separación física; me ayudó a comprender cuánto te quiero; me ayudó a saber que mi amor por ti es distinto cada día.
Por eso, ¡qué hermoso es tenerte! ¡Qué hermoso es saber que se tiene alguien en quien pensar a cada momento, que tienes a tu lado una persona en quien confiar, alguien a quien tú puedas comprender, alguien a quien esperar, alguien a quien escribirle cartas, sabiendo que le agrada mucho recibirlas y leerlas!...
Por eso, quiero darte las gracias por permitirme compartir mi vida contigo, por hacerme feliz a tu lado, por hacerme tu amiga, tu compañera…
¡Gracias, muchas gracias por haberme elegido a mí para estar a tu lado!
Sí, creo que lo más maravilloso que pudo haberme pasado es haberte conocido a ti…
Mi amor… cómo explicarte… cómo decirte que te quiero y cómo pedirte que no cambies, que deseo que sigas siendo siempre ese chico alegre, simpático, feliz, con un amor tan grande dentro de sí, que su felicidad se ve en sus ojos… que sigas siendo ese muchacho que me comprende cuando no quiero hablar, que me entiende cuando quiero decir algo aún sin decirlo, que me entiende cuando más lo necesito…
Sí, mi amor, cada vez que voy a hacer o a decir algo, pienso en qué harías o dirías tú si estuvieras presente, y así tú, a pesar de tu ausencia, me ayudas mucho y no sabes cuánto.
Quisiera que en estos momentos estuvieras a mi lado para abrazarte y decirte cuánto te quiero, cuánto te necesito, cuánto te extraño.
Extraño tu sonrisa, tu mano, tus ojos, tu voz…
Perdóname, pero no sé lo que me pasa. Quisiera tratar de comunicarte de alguna manera lo que siento dentro de mí, y a veces… ¡tonta de mí! Pienso que no me comprendes. Aunque creo que sí, que tú me comprendes porque tú sientes lo mismo que yo.
Una vez me dijiste que “las despedidas son tristes”. Temo dejarte en este momento, pero prometo seguir esta carta en otra oportunidad…
“Un beso”.
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