CURA TU ALMA
(Arjona Delia
Yo te vi llegar cubierta de rocío, con los pies descalzos y muertos de frío. Tus alas rotas, cual pájaro malherido, sin poder volar y sin alimento en tu pico. Y recogí tus pedazos del piso, te acomodé en un rincón y te proporcioné abrigo.
Te quité la oscura venda que cubría tus bellos ojos y te señalé el sendero que conduce a nuevos destinos.
Cuanto te vi en penumbras comprendí que mi misión era cuidarte, que pudieras ver la luz brillante y sanaran tus maltrechas heridas.
Tardaste un buen tiempo en recobrarte del frío hastío, pero te hiciste fuerte, sacudiste tus frágiles alas y volaste conmigo. Y de ese débil pájaro malherido solo queda el recuerdo lejano, perdido en el olvido.
Te pusiste de pie, y recobraste las fuerzas, como un soldado, un valeroso guerrero que lucha para seguir adelante.
Y hoy me acompañas silenciosa, rozagante; eres mi nueva alma, que sus punzantes heridas ha logrado cicatrizar.
Vislumbro la serena paz más allá de la vida y sigo tallando en mi interior palabras de aliento, que fortalecen a ese pájaro mal herido, lo cuidan y lo sanan. Esa sanación se refleja en mi tranquilo rostro, en mi tersa piel y en mi aplacada voz. Porque comprendí que mi existencia se nutre con mis sabias palabras, mis bellas acciones y mis claros pensamientos.
Por eso escucho suaves melodías que me permiten dibujar un glorioso atardecer, por eso amo y seguiré amando.
La vida está llena de cosas que pretenden herir el alma para que no tengas más ganas de volar.
Cuando veas tu pájaro mal herido, no salgas corriendo rauda a esconderte, bríndale un vehemente abrigo; sé valiente y escucha el sonido de tu voz. Cuida tu alma, cuida tu mente y persigue tus sueños.
Ya no hay misterios, ni mensajes ocultos, todo es armonía cuando estamos verdaderamente en paz. Lo comprendí justo a tiempo y por eso no dejaré que mi alma esté herida, le brindaré el abrigo, le quitaré la oscura venda y quitaré las piedras de su camino.
Porque de eso se trata la vida, de buscar en cada rincón las tranquilas sendas que nos conducen hacia la infinita felicidad y hacia nuevos destinos.
La felicidad se cultiva en tu interior, no dependen de quien esté a tu lado, en cada sentido beso, en cada sincero abrazo, en cada sentimiento puro que expreses con el corazón se reflejará el verdadero amor, que inundará de felicidad tu interior y tu alma rebosará de alegrías y sanarán todas tus heridas.
Prosa poética publicada en el libro de Arjona Delia
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Copyright ©26/09/2018 by Arjona Delia
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