Cuando los hijos se mudan del hogar familiar en busca de sus propios proyectos, el nido queda vacío. La casa se llena de silencio, las sillas están vacías y nuestros días transcurren lentamente.
Pero, en lugar de verlo como un problema, debemos reconocer que ahora tenemos más tiempo para nosotros. Es una oportunidad para retomar todo aquello que quedó olvidado en el tiempo: desarrollar nuevos proyectos, viajar, hacer lo que nos gusta… ahora que aún tenemos tiempo y salud.
EL NIDO VACÍO
(Arjona Delia)
Nuestros hijos ya se han ido,
y han dejado vacío el nido
¡y se fueron a volar!
Nuestros días pasan lentos,
ya no hay nadie en los asientos,
¡hay silencio en el hogar!
La enseñanza que les dimos,
crecerá como racimos,
¡volarán en libertad!
Serán hijos triunfadores,
con esfuerzo y con valores,
¡y hallarán felicidad!
Subirán los escalones,
tomarán sus decisiones,
van forjando un porvenir.
Han dejado vacío el nido,
porque el ciclo se ha cumplido,
y ya es tiempo de partir.
Si despliegan firmes alas,
vuelan libres, sin escalas,
van surcando en su ser.
Nuestros hijos ya casados,
tantos años dedicados,
¡los hicieron florecer!
Y después de su partida
nos aguarda nueva vida,
¡nos invita a aprender!
Vendrán miles de proyectos,
y seremos arquitectos,
¡de un glorioso amanecer!
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Copyright © 25/08/2025 by Arjona Delia
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