Podemos aprender a vivir en soledad. Uno puede vivir con uno mismo y ser feliz. La soledad nos sirve para pensar, darnos cuenta de ciertas cosas, descansar, aclarar la mente y pasar por un proceso de crecimiento personal. Al aprovechar los momentos de silencio y reflexión, uno conecta consigo mismo y con su propia bondad interior. Al enfrentarnos con la verdad del pasado, se activa una energía positiva dentro de uno, a través de este proceso, el pensamiento se aclara y se potencia el sentimiento, lo cual nos permite crecer emocionalmente. Dentro de nosotros mismos está el potencial para ser felices. No hay que temer a la soledad. No hay nada que perder y sí mucho por ganar.
YA NO ME HIERES, SOLEDAD
(Arjona Delia)
Verso 1
Ya no duelen mis heridas,
fui buscando la salida,
¡no me hieres, soledad!
Descubrí las alegrías,
no hace falta compañía,
¡cuando te amas de verdad!
Verso 2
Mi interior está elevado,
un refugio venerado
¡que me ayuda a despertar!
Tengo paz, tengo descanso,
tengo un mar, tengo un remanso,
un tesoro y un altar.
Estribillo
No es un peso, ni un castigo,
aprendí a vivir contigo,
¡me hice fuerte al caminar!
Fui sembrando fortaleza
siempre obrando con firmeza,
¡en la vida es intentar!
Verso 3
El silencio es fiel amigo,
a su abrazo lo persigo,
para ver con claridad.
Fui aprendiendo en esta vida,
se han cerrado mis heridas,
¡no me hieres, soledad!
Verso 4
Me enseñaste a ver el cielo,
abrazándome al consuelo.
con la fuerza del ayer.
El pasado no se olvida,
las lecciones de la vida,
me incentiva a florecer.
Estribillo
No es un peso, ni un castigo,
aprendí a vivir contigo,
¡me hice fuerte al caminar!
Fui sembrando fortaleza
siempre obrando con firmeza,
¡en la vida es intentar!
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