Mujer y poesia

Tú, mujer, y tú, poesía

Tú, mujer, eres la bella poesía
que le da la música a mi vida,
La música, que de mi lira brota
con amor y cariñosas notas.

Tú, poesía, la armonía en persona,
te apoderas de mí como ladrona.
Y cuando estaba mustia el alma mía
llegaste a devolverme la energía.

Tú, mujer, acompañas mi biografía,
aliviando mi dolor y mi agonía.
Por tu belleza, la de una rosa roja,
me inspiraste a volar como gaviota.

Tú, poesía, que mi palabra coronas,
con la bondad y el amor del que perdona,
estás siendo en mi boca la ambrosía
que al espíritu me otorga mejoría.

A ninguna de las dos rechazaría,
pues como almas mellizas, parecidas,
me conquistan de forma provechosa,
pues mujer y poesía: son hermosas.





Todos los derechos reservados.
Copyright © 2 de Marzo 2009 by Ruben Sada

Amor Cibernético

Amor Cibernético
(Arjona Delia)

Mis ojos ven bella imagen,
y brillando en la pantalla,
mis sentimientos emergen
¡y mi corazón estalla!

Te conozco en lejanía,
¡mi cuerpo vibra exaltada!
Pero mira qué ironía,
¡parece un cuento de hadas!

Eres mi fiel caballero,
que acompañas mi soledad,
me endulzas con tus palabras
¡me transmites mucha paz!






Poema publicado en el libro "Retrato de mujer"
Todos los derechos reservados.
Copyright © 4 de Marzo 2009 by Arjona Delia



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El miedo

Todos me piden que dé saltos,
que tonifique y que futbole,
que corra, que nade y que vuele.
Muy bien.

Todos me aconsejan reposo,
todos me destinan doctores,
mirándome de cierta manera.
Qué pasa?

Todos me aconsejan que viaje,
que entre y que salga, que no viaje,
que me muera y que no me muera.
No importa.

Todos ven las dificultades
de mis vísceras sorprendidas
por radioterribles retratos.
No estoy de acuerdo.

Todos pican mi poesía
con invencibles tenedores
buscando, sin duda, una mosca,
Tengo miedo.

Tengo miedo de todo el mundo,
del agua fría, de la muerte.
Soy como todos los mortales,
inaplazable.

Por eso en estos cortos días
no voy a tomarlos en cuenta,
voy a abrirme y voy a encerrarme
con mi más pérfido enemigo,





Autor: Pablo Neruda

Meditando

Medio Ambiente

Acunada en la quietud de la tarde,
escucha el rumor de las hojas,
sosteniendo entre sus manos una rosa,
mientras el paisaje de tibieza arde.

Tiene la mirada posada en el río,
en el agua que corre mansamente,
meditando tal vez muy vagamente
en algo pasado y muy sentido.

Cerca de allí se encuentra un nido,
donde los pájaros alegran con su canto,
adornando así el encanto
de ese atardecer tan divino.

Moviendo levemente la cabeza,
dibujándose en su boca una sonrisa,
dispónese a disfrutar de la brisa
desechando por siempre la tristeza.

De un cuadro en su máxima pureza,
asemeja la imagen que se irradia,
mientras se oye incansable una cigarra,
le pone marco el cielo azul con su belleza.





-Todos los derechos reservados.-
-Copyright © Octubre 2008 by Marta Bello.

Ayer

Ayer me ofreciste un pimpollo,
con cariño lo acepté,
ese hermoso gesto
jamás lo olvidaré.
Se dibujó con temblor
en tu boca una sonrisa,
al hacerle una caricia,
a la pequeña flor.
La noche silenciosa
fue mudo testigo,
de mi corazón sentí
acrecentar los latidos.
Agradecida por el obsequio,
a los ojos te miré,
en ellos leí tantas cosas,
que emocionada quedé.
Ayer me ofreciste un pimpollo,
que hoy sostengo entre mis manos,
mis sueños que estaban quietos,
de pronto, se despertaron.






Autor: Marta Bello

Celos

Celos

Desde mi mente enferma

y marchita por el dolor,
comienzan los celos
a lastimar mi corazón.
Entran en mi alma,
se instalan en mi cuerpo,
me clavan sus puñales,
me dejan sin aliento.
Les suplico que me dejen,
les imploro por piedad,
pero no se alejan,
me hieren mas y mas,
Quisiera irme muy lejos,
para descansar en paz,
no pensar en nada
y dejar de cavar,
la fosa destinada
para mi pobre alma,
que ya no tiene calma
desde que te supe amar.





Autor: Marta Bello

La ultima lagrima

La Ultima Lagrima

No intentes el regreso, todo ha terminado,

nubes de discordia nos han cubierto el sol,
aquel que iluminaba nuestros días felices,
cuando reinaba la armonía , latente la ilusión.

La vida tiene etapas que luego con el tiempo,
pasarán a ser recuerdos, dentro del corazón,
algunas con alegría , otras con nostalgia,
serán tosas semblanzas de un ayer que ya murió.

Por eso inútil, tratar de revivirlas,
las flores marchitas no perfuman mas,
sumaremos otra etapa en el haber de nuestras vidas,
que al iniciar partida, nos dejó el final.

Cuando el adiós apague la luz de la lámpara,
cerraré las puertas de toda la casa,
tiraré las llaves para no encontrarlas
y me iré en silencio por la calle larga,
llegaré hasta el río, lavaré mi cara
y en su seno dejaré, la última lágrima.

Autor Marta Bello