1-Si debo elegir entre callar o gritar, grito, porque callar es renunciar.
2.- Cuando debo optar entre la charla amena y el debate ardiente, elijo el segundo, porque renunciar a confrontar ideas es optar por el silencio, y el silencio es un mal consejero
3.-En el caso de tener que mentir para que me acepten, pues que no me acepten, porque fingir es robarle sentido a la vida. Más vale que no me quieran por lo que soy que tener que inventar a quien no soy para que me quieran.
4.-Si sabiendo tengo que declarar que no sé para que quien no sabe piense que sabe más que yo, o decir lo que sé aunque los que escuchan piensen que no sé lo que digo, elijo lo segundo, porque prefiero que me odien por lo que sé y no que me quieran por mi ignorancia.
5.-Si los que me escuchan no saben la diferencia entre el debate y la convivencia, entre la pelea y el consenso, transformando adversarios de un momento en enemigos definitivos, no me queda más remedio que seguir pagando el precio de ser como soy.....
Autor: Bruno Kampel.